al final se nos aguó la madrugá.
tras días incesantes de procesiones, el tiempo nos ha jugado una mala pasada y la semana santa se nos presenta bien pasada por agua. ahora me pregunto si volveré a ver a nazarenos,costaleros,músicos,penitentes,cofrades y creyentes invadiendo todas las calles de sevilla.en mi memoria quedan las ofrendas a las vírgenes,los bailes, los pasos a la luz de las velas...en fin,tantísimas escenas imborrables. pero,sin duda, escuchar la saeta más preciosa que una persona pueda oír en la plaza de San Pedro,eso sí fue un regalo. Tenían razón:ésto engancha.
Porque la Semana Santa en Sevilla
es una maravilla.