el espectáculo
debe continuar.
como sucediera hace tres años por estas fechas, ayer por la noche me volví a quedar sin palabras. volver a la carpa del circo del sol es el mejor regalo de cumpleaños que pudiera imaginar. alli estaba el circo del sol, dispuesto a dejarme boquiabierta durante dos horas y media de actuación, derramar después lágrimas de felicidad y salir con los ojos abiertos como platos de la emoción. porque anoche recordé que la belleza puede vivir en el movimiento de las cosas, que el duro trabajo se convierte en puro arte,y que cada visita a sus espectáculos se hace inolvidable.
Nunca la muerte de un payaso fue tan alegre: